jueves, 20 de septiembre de 2007

LOS MATADORES DEL 68.


LOS PRIMEROS GANADORES INVICTOS DE UN TITULO EN EL PROFESIONALISMO

Matadores y campeones

Fue un equipo moldeado por el brasileño Tim, capaz de combinar en proporciones justas talento y libertad con seriedad y orden táctico. Buttice, Albrecht, Telch, Cocco, Fischer y Veglio fueron algunas de sus figuras emblemáticas.
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Pedro Uzquiza y Oscar Barnade. DE LA REDACCION DE CLARIN.

Mantienen el orgullo de ser los primeros en ganar un campeonato profesional invictos. Fue en el Metropolitano de 1968. Pero más allá de la contundencia de los números y de ser pioneros en ser campeones sin derrotas en los torneos de la Asociación del Fútbol Argentino, la enorme calidad de su juego los convirtió en una de las expresiones con mayor estética del fútbol argentino. Pasaron a la historia como Los Matadores.

Aquel equipo que maravillaba con su buen gusto y contundencia tuvo un conductor inolvidable: Elba de Padua Lima, Tim, un brasileño con profundos conocimientos futbolísticos y también de la vida, aprendidos en la niñez en las calles de su San Pablo natal. Fue el autor de una célebre frase: "El fútbol es como una manta corta: si te tapás la cabeza, te destapás los pies y al revés". Una síntesis de que el equilibrio es fundamental en todo equipo. Tim era un amante de la libertad y les dio alas para jugar a los jóvenes atrevidos y talentosos. Y también, seriedad y orden táctica a los defensores.

Tal vez su actitud más revolucionaria, y que está asociada a esa idea de libertad, es que en las instancias finales del torneo hizo concentrarse al equipo en un hotel ubicado en Lavalle y Esmeralda. Una prueba de la confianza que les dispensaba a los jugadores.

San Lorenzo se había reforzado ese año con Antonio Rosl (Gimnasia y Esgrima La Plata), Carlos Veglio (Deportivo Español), Victorio Nicolás Cocco (Unión de Santa Fe) y un uruguayo por entonces desconocido, Sergio Bismarck Villar. Al poco tiempo de llegar, el defensor se constituyó en titular indiscutido y en referente del club por muchos años.

Tim ordenó el equipo con Carlos Buttice, un arquero que mostraba una gran espectacularidad en sus intervenciones y, a la vez, una confianza ilimitada por su serenidad ; la línea de cuatro con Villar, eficiente en la marca y en la proyección; Oscar Calics, quien había llegado de Banfield, expeditivo y seguro. Rafael Albrecht, un zaguero de excepcional calidad para ser salida, y El Gallego Rosl sobre la izquierda; en el medio, Telch era el último de los volantes, pero pasaba con gran facilidad al ataque; Rendo era un relojito transitando la zona derecha; Cocco tenía libertad para ocupar los espacios vacíos y aparecer con su formidable cabezazo en zona de definición. Pedro González no se limitaba a la ocupar la punta derecha; el Lobo Fischer era pura potencia y gol y el Toti Veglio, un exquisito en el manejo de los tiempos y la pelota, además de buen definidor (fue segundo goleador del equipo, con 12 goles, detrás de Rodolfo Fischer, que convirtió 13).

San Lorenzo ganó la primera rueda con tres puntos de diferencia sobre Estudiantes, pero en la segunda ganó ocho partidos consecutivos (Atlanta, Platense, Boca, Estudiantes, Racing, Ferro, Lanús y Banfield) y extendió la diferencia a 12 unidades.

En la otra zona, Vélez se clasificó primero y River segundo. Las semifinales se jugaron en cancha de Racing. El 31 de julio, San Lorenzo le ganó a River 3-1 (con goles de Pedro González, Cocco y Veglio). Al otro día, Estudiantes, con un cabezazo de La Bruja Juan Ramón Verón superó a Vélez 1-0.

La final del campeonato se jugó el 4 de agosto, en el estadio Monumental, con la particularidad de que iban a medirse un equipo, San Lorenzo, que había aventajado a su rival por una docena de puntos en la serie clasificatoria. Se habló de injusticia en el sistema de definición. Pero finalmente ganó San Lorenzo y se consagró como el mejor.

Esa tarde se vendieron 47.347 entradas. Los 90 minutos terminaron 1 a 1. Abrió el marcador Verón a los 2 minutos del segundo tiempo y empató Carlos Veglio, a los 23. En tiempo suplementario, el Lobo Fischer les dio la victoria y el título a Los Matadores.

San Lorenzo de 1968 fue un equipo con una gran dinámica, a la que supo agregarle un gran sentido colectivo. Muchos de sus partidos los ganó en el entretiempo, con un par de indicaciones siempre precisas de su entrenador. "Usted, Oveja (por Telch), tírese unos metros más sobre el sector izquierdo. Victorio, busque juntarse con Veglio. Antonio, tómelo al wing un poco más arriba. No lo deje recibir cerca de nuestra área".

Eran instrucciones simples y concretas. Las suficientes como para dar vuelta el desarrollo de un partido que se presentaba complicado y para revertir un resultado desfavorable. Ese era el estilo y la filosofía de juego del brasileño Elba de Padua Lima, Tim. Con esa fórmula básica, y con la calidad indiscutible de los integrantes del plantel, nacieron y todavía perduran los inolvidables Matadores.


Recibido gracias a Ignacio Frendenhagen

1 comentario:

DG dijo...

Hola CuerVoricua,
El epígrafe de la foto demuestra que hace décadas que nadie se puede poner de acuerdo sobre qué es una chilena y una tijera y una media chilena, ¿no?
Saludos desde Nueva York, tierra boricua también...

SENTIMOS LO MISMO,
TODO EL DIA PENSAMOS EN SAN LORENZO.
NO NOS DECIMOS HOLA!
NOS PREGUNTAMOS QUE SABES DE SAN LORENZO.
NUESTRAS MUJERES NOS AMAN Y AMAN A SAN LORENZO.
NUESTROS HIJOS AMAN Y
AMARAN A SAN LORENZO.
ESTAMOS LEJOS
Y VAMOS CICLON!!!







JUAN SEGUNDO-CHAMACO-DANIELA-JUAN BLAS-ANA-DON PACO-MARIELA-JORGE ANDRES-JUANCHI-GUILLE -MONICA-MIGUEL-FILEX-RICHARD-ALFREDO-ROXANA-FETETE